En estos tiempos se han establecido los conceptos de “emprendedor”, “start up”, “liderazgo”, “comunicación” dentro de nuestro lenguaje en el campo del medio ambiente. Esto es así por la gran cantidad de pequeñas empresas y autónomos/as que surgen cada vez más para cuidar el medio ambiente desde una gestión sostenible y eficiente de los recursos que emplean las diferentes empresas de todos los sectores.
Los conocimientos que la ciencia va aportando día a día sobre el cambio climático o el calentamiento global hacen que sea vital esa gestión y que, por lo tanto, los profesionales que se dedican a llevarla a cabo cobren un protagonismo que nunca antes habían tenido.
Conocer la huella de carbono de una empresa para que puedan determinarse medidas encaminadas a su reducción es una labor importante, cuyo fin último es el cuidado de nuestro planeta, de forma que empresa a empresa y año a año se vayan reduciendo las emisiones que ocasionan ese calentamiento global. Para cumplir los objetivos internacionales de limitación del aumento de la temperatura de la Tierra debemos seguir trabajando en esa gestión.
Es una tarea eminentemente técnica que requiere de conocimientos y dedicación. Un trabajo bien hecho, con detalle y de forma rigurosa es la mejor herramienta para poder acometer ajustes en los procesos y diseños. El análisis de las medidas a emplear y una jerarquización de su aplicación planificada, son la mejor ayuda que un consultor ambiental puede ofrecer.
La edificación supone un porcentaje muy importante en las emisiones de la actividad humana en el planeta, de ahí que sea fundamental hacer esfuerzos para que en este ámbito se tome conciencia y se pongan en marcha medidas de reducción de las emisiones desde las fases iniciales de los proyectos hasta el final de vida estimado, pasando por la fase de construcción y, lógicamente, la de uso.