Como comentaba en mi primer post, hay multitud de consultoras de pequeño tamaño trabajando dentro del ámbito de la consultoría ambiental. Las hay más o menos especializadas en determinados sectores y las hay más generalistas, pero creo firmemente que a todas ellas les une un íntimo anhelo por dejar un planeta mejor que el que cogemos, a través de la gestión y la asesoría ambiental.
Cuanto más pequeña es una consultora más difícil le resulta poder asimilar las irregularidades del mercado y los encargos que se salen de su especialidad. Pero claro, ampliar la plantilla es una cuestión casi imposible, precisamente por esas irregularidades que hacen que el trabajo no llegue de una forma regular y planificada, sino que hay épocas con mayor incidencia que otras. También ocurre que aunque trabajamos en determinado sector, tenemos clientes que en un momento dado nos solicitan un encargo sobre un asunto que se sale de nuestra especialidad y ahí corremos el riesgo de que al derivarlo a un tercero, nos quedemos sin un cliente ya más o menos consolidado.
Esta coyuntura me llevó a pensar que establecer alianzas estables con consultoras sería una buena manera de resolver los problemas tanto de sus clientes, como de ellas mismas, para que no los pierdan y puedan crecer y consolidar su negocio.
Entiendo esta idea como una sana colaboración desde el más absoluto respeto y honestidad, así como con la mayor profesionalidad y rigor. Si eres una consultora, ¿te has encontrado alguna vez ante una situación así? ¿Te has planteado cuál sería tu mayor reto para consolidarte en el mercado?